WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS - Una astrónoma de la Universidad de Yale, EU, ha iniciado una campaña de micromecenazgo para obtener fondos que le permitan explorar en profundidad una estrella cuyo cambiante brillo podría ser explicado con un concepto de ciencia ficción aplicable a civilizaciones extraterrestres avanzadas.
De las 150 mil estrellas analizadas por el telescopio espacial Kepler, solo una, hasta el momento, ha dejado sin explicación a los astrónomos: la KIC 8462852, también conocida como Tabby's Star, en honor a la científica de Yale Tabetha Boyajian, quien comenzó a investigar este lejano astro de la Vía Láctea.
El telescopio Kepler, que almacenó datos de estrellas con posibles planetas de 2009 a 2013, ha permitido analizar el brillo de un grupo de estrellas en la constelación Cygnus para determinar si esos astros son orbitados por cuerpos celestes, algo que ha permitido comprobar que la mayoría de estrellas forman sistemas planetarios.
En el otoño de 2015, un grupo de científicos y ciudadanos descubrió una estrella con un brillo que no puede ser explicado fácilmente por fenómenos naturales y que podría ser la primera prueba de una teoría elaborada hace décadas para detectar civilizaciones avanzadas en el espacio.
"De una decena de explicaciones naturales que hemos analizado ninguna encaja adecuadamente en el brillo de esta estrella. La teoría de una esfera Dyson es algo que podría explicar el errático brillo, pero es muy general", explica en una entrevista Boyajian.
La esfera Dyson es una hipotética megaestrucutura de paneles alrededor de una estrella que sería utilizada por una civilización muy avanzada que ha consumido los recursos de su planeta y necesita ingentes cantidades de energía.
Esta teoría, desarrollada por el físico Freeman Dyson en los años sesenta, podría explicar por qué el brillo de la estrella de Tabby no tiene un cambio periódico y se oscurece casi totalmente en ocasiones, algo que no se ha detectado nunca antes.
Pero Kepler ya no puede recopilar más información sobre esta estrella por un fallo en 2013, y Boyajian y astrónomos de todo el mundo que han quedado prendados de esta extraña estrella necesitan más datos que descifren el enigma.
Para ello, han iniciado una campaña de micromecenazgo (kck.st/1PaKfxB) que pretende recaudar antes de que acabe el mes más de 100 mil dólares.
"Queremos dirigir a la estrella una red de telescopios privados en todo el mundo que permitan monitorear de manera constante la estrella para detectar cuándo empieza a decaer su brillo y tomar mediciones, ya que no se comporta de manera periódica", detalla Boyajian.
Aunque es difícil llegar a la capacidad de detección de un telescopio espacial, Boyajian confía en que potentes observatorios terrestres puedan observar otras longitudes de onda procedentes de la estrella, que no es visible desde la tierra tres meses al año.
"Necesitamos vigilar constantemente las oscilaciones de luz de la estrella porque no sabemos en qué momento el brillo comienza a decaer", señala la astrónoma, quien recuerda que la participación en el proyecto colaborativo Planet Hunter fue lo que permitió hallar a esta estrella inclasificable.
Otra explicación para el raro comportamiento de esta estrella sería que esté orbitada por una masiva amalgama de cometas y polvo de asteroides, algo que Bradley Schaefer, un científico de la Universidad de Luisiana, da por imposible tras hacer cálculos.
Boyajian quiere mantener con esta campaña de recolección de fondos el espíritu de colaboración global que permitió encontrar la estrella que lleva su nombre y que, si nuevos datos lo permiten, podría indicar la existencia de una civilización mucho más avanzada que la nuestra a mil 500 años luz de nosotros
Una astrónoma de la Universidad de Yale (EEUU) ha iniciado una campaña de micromecenazgo para sacar fondos que le admitan buscar en profundidad una estrella cuyo cambiante brillo podría ser comentado con un concepto de ciencia ficción aplicable a civilizaciones extraterrestres avanzadas.
De las 150.000 estrellas analizadas por el telescopio espacial Kepler, solo una, hasta el momento, ha dejado sin descripción a los astrónomos: la KIC 8462852, además conocida como Tabby’s Star, en honor a la científica de Yale Tabetha Boyajian, quien comenzó a buscar este lejano astro de la Vía Láctea.
El telescopio Kepler, que almacenó documentos de estrellas con potenciales planetas de 2009 a 2013, ha permitido examinar el brillo de un clan de estrellas en la constelación Cygnus para resolver si esos astros son orbitados por cuerpos celestes, algo que ha permitido verificar que la totalidad de estrellas forman sistemas planetarios.
En el otoño de 2015, un clan de científicos y ciudadanos detectó una estrella con un brillo que no puede ser comentado sencillamente por fenómenos naturales y que podría ser la 1ª prueba de una teoría elaborada hace décadas para descubrir civilizaciones mejoradas en el espacio.
“De una decena de explicaciones naturales que hemos estudiado ninguna encaja adecuadamente en el brillo de esta estrella. La teoría de una esfera Dyson es algo que podría explicar el errático brillo, sin embargo es muy general”, expone en una conferencia con Efe Boyajian.
La esfera Dyson es una hipotética megaestrucutura de paneles alrededor de una estrella que sería utilizada por una civilización muy avanzada que ha consumido los bienes de su planeta y necesita ingentes cantidades de energía.
Esta teoría, fabricada por el fisico Freeman Dyson en los años sesenta, podría explicar por qué el brillo de la estrella de Tabby no tiene un cambio periódico y se oscurece casi completamente en ocasiones, algo que no se ha localizado jamás antes.
Pero Kepler ya no puede recopilar mas información sobre esta estrella por un error en 2013, y Boyajian y astrónomos de todo el planeta que han quedado prendados de esta extraña estrella exigen mas documentos que descifren el enigma.
Para ello, han iniciado una campaña de micromecenazgo (kck.st/1PaKfxB) que intenta recaudar antes de que acabe el mes(30dias) mas de 100.000 dólares.
“Queremos liderar a la estrella una red de telescopios privados en todo el planeta que admitan monitorear de forma permanente la estrella para descubrir cuando inicia a decaer su brillo y tomar mediciones, ya que no se comporta de forma periódica”, detalla Boyajian.
Aunque es complicado llegar a la capacidad de detección de un telescopio espacial, Boyajian confía en que robustas observatorios terrestres puedan percibir otras longitudes de onda procedentes de la estrella, que no es visible desde la tierra 3 períodos al año.
“Necesitamos vigilar continuamente las oscilaciones de luz de la estrella porque no entendemos en qué instante el brillo inicia a decaer”, muestra la astrónoma, quien recuerda que la participación en el proyecto colaborativo Planet Hunter fue lo que permitió hallar a esta estrella inclasificable.
Otra descripción para el extraño comportamiento de esta estrella sería que este orbitada por una extensiva amalgama de cometas y polvo de asteroides, algo que Bradley Schaefer, un científico de la Universidad de Luisiana, da por inútil tras crear cálculos.
Boyajian quiere sostener con esta campaña de recolección de fondos el espíritu de participación global que permitió hallar la estrella que lleva su nombre y que, si nuevos documentos lo permiten, podría demostrar la existencia de una civilización mucho mas avanzada que la nuestra a 1.500 años luz de nosotros.
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